Estimado
Capitán (espero no equivocarme en su grado) Stevenson,
Seré
directo en el contenido de esta carta, necesito que me reescriba. Los motivos
se los expondré brevemente en esta carta, que espero le correctamente.
Sé que usted, cómo capitán de esta obra, trató
de introducirme como un personaje valiente, entrometido y aventurero. Tengo que
decirle que su plan inicial fue un éxito, fui popular, obtuve fama y riquezas y
hasta las mujeres no paraban de acosarme. Pero hace poco todo empezó a cambiar…
Ya a
nadie le sorprende la historia de un cazatesoros montado en barco y con un
parche en el ojo, desde que ese arqueólogo
chiflado disfruta de sus aventuras por todo el mundo ya nadie se fija en la clásica pirateria. Ademas ese sombrero más propio de un vaquero que de un saqueador.
Desde ese momento los piratas hemos dejado de brillar y ya ni las pistolas ni
los sombreros como dios manda se estilan. Ahora todo el mundo quiere látigos y
correr detrás de mil y una trampas.
Por otro
lado, ser noble y fiel a tus aliados ya no está de moda. Desde hace algún tiempo,
lo héroes bondadosos que tratan de buscar el bien supremo hemos dejado de estar
en la cima. Los villanos, o los héroes que parecen buenos, pero no lo son están
eclipsando todo el terreno. Y si no miren al superhéroe (por llamar a ese
pasmarote de alguna manera) que va embutido en un traje rojo y con dos espaditas
y haciendo chistes de caca culo pedo pis, ha conseguido acaparar toda la
atención…
Y no
hablemos de mis compañeros de gremio. El señor Sparrow, me niego a llamarle capitán,
un pirata de principios deleznables y con un corazón más oscuro que los ojos de
Moby Dick, es ahora el ser más popular de toda la historia de la piratería.
Sólo porque haga movimientos raros y se dedica a estafar, traicionar,
matar y arrebatar. Actos de la piratería más infame.
Sé que
quizás no entienda los nuevos tiempos, pero Capitán entienda que tengo una fama
que mantener. Me valdría con que me diera usted una personalidad más canalla,
algo más tecnología para poder arrasar con cualquiera y sobretodo fama. De las riquezas ya me encargo yo.
Sin
otro motivo, le manda un cordial saludo su fiel y humilde servidor,
Jim
Hawkins
PD: tampoco
me importaría que me diera las frutas esas que consume el chico animado de
goma, seria bastante interesantes.
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